miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un cuento de hadas

Cuando despreocupada danzaba al rededor de las piedras hincadas, cuando se mecía al son del viento en las hojas pardas, cuando reía en forma de mil cascabeles, cuando se zambullía en las aguas heladas, jamás pensó que un día lloraría entre su suave pelaje, su olor de animal salvaje.
Cuando gritaba al barranco buscando un eco amigable, cuando rezongaba tumbada entre las altas hierbas, cuando miraba al cielo con otra mirada, jamás pensó que un día se desprendería de parte de sí misma. Y ahora, su luz se marchaba.