martes, 22 de junio de 2010

En el tren...

El tren lleno, todos los asientos ocupados, oteo en busca de un sitio pero no hay suerte. De pie, apoyo el hombro contra las puertas y saco el libro del bolso. Sigo leyendo al ritmo del traqueteo. Siento como si estuviésemos a solas, y sonrío inevitablemente cuando cuentas tus miradas furtivas bajo las gafas de sol a la morenita italiana. Te he descubierto por casualidad y me he enamorado a “primer vistazo”. La señora de mi izquierda que se balancea sujetando las bolsas de una tienda pija me mira arqueando las cejas. En los cascos suena la música, así que ya tienes banda sonora.
Llego a mi destino y ya casi te he devorado. Por primera vez estoy de acuerdo con un premio de narrativa.

Maldita sea comprad un libro: Los pasajeros

domingo, 20 de junio de 2010

Deseos

Ha dejado de llover, casi me gusta tanto como cuando llueve. Siento el olor del cemento húmedo, el ruido de los coches pasando sobre los charcos, el goteo en el alfeizar de la ventana.
Miro por la ventana, podría pasarme así horas y horas. Me pongo a pensar, mirando el hada de cristal que suena cuando el viento la golpea suave. Hay gente que nace bajo una buena estrella, normalmente lo tienen todo, pero ansían lo que no pueden tener, por ínfimo que sea. Yo no tengo nada, y la vida me suele arrebatar lo que me llega, así que no sé si debo desear mucho o nada. El hada tintinea, parece sonreírme.
Ayer tiré mi última moneda a la fuente de los deseos, sé que dos no se van a cumplir, me da miedo que la tercera tampoco. Es una bobada, yo misma inventé la fuente.. y hasta los deseos.