jueves, 1 de septiembre de 2011

Caudillo I

El vortigern de las huestes descansa observando el horizonte, montado sobre su caballo. Los mensajeros tenían razón, son demasiados enemigos. Se seca el sudor de la frente con la palma de la mano y acaricia en un gesto ausente su barba desaliñada.
Sólo queda una opción y es pactar, una alianza con los hermanos sajones Hengist y Horsa supondría la fuerza y el poder que a él le faltan, supondría poder dormir tranquilo al lado de su mujer. Sonríe melancólico porque ya sabe que sus amigos Aurelio y Uther preferirían la muerte antes que sentarse en la misma mesa con los saqueadores de sus tierras.
Resuenan los cascos de caballo a su espalda pero no se inmuta, ya reconoce el trote cojo de la yegua del Pendragon, ese hombre capaz de partir por la mitad a un valiente pero incapaz de cambiarse de cabalgadura. "Si muere que muera en batalla" gritaba a quien quería oirle.
El cacique mira de soslayo a su compañero, mientras allende a la loma los sajones preparan el campamento y encienden hogueras. Uther es un hombre imponente, de cabello negro y ojos cristalinos, que aprieta la mandíbula en un gesto rudo. No se dirigen la palabra durante un rato, mientras observan la actividad de los enemigos, las risas y los gritos en un idioma que no conocen.
- ¿Has sido tú quien mandó al Loco para matar a Aurelio Ambrosio, mi hermano?.- gruñe Uther.
- ¿Y tú quien le avisó?
Ambos siguen con la vista al frente, mientras anochece y el aire frío empuja contra sus cuerpos. Se callan de nuevo en un silencio molesto y doloroso.
- Sabes que no te saldras con la tuya, mi señor, si crees que nosotros somos los locos por no querer someternos a esos dos estúpidos ambiciosos.
- Eso está por ver. Amigo, no me dejas más alternativa, alejate, vete con los que aún te sean fieles, porque si te vuelvo a encontrar te mataré.
Uther Pendragon asiente, gira la yegua para irse pero antes golpea en el hombro a su vortigern, al fin y al cabo no puede guardar rencor a un hombre al que casi traiciona con tal de no cumplir sus ordenes. La paz sea con los sajones, piensa, mientras la guerra entre compañeros se fragua.

1 comentario:

  1. Bueno... la verdad es que casi no estoy sacando tiempo para poder leerte, pero lo hago, aunque lentamente.

    Veo que has cambiado la fuente. Se agradece mucho. Sigue siendo bonita, pero ahora ayuda mucho a la lectura una tan legible.

    Respecto al texto... me vine aquí creyendo que sería el primero con estos personajes, pero creo que no... iré más atrás todavía XD Si eso iré al principio del blog.

    El estilo, como ya te comenté antes. Me gusta lo adornado que lo tienes. Es como retrotraerse a la manera de hablar de antaño (sin perder la semantica moderna). Suelo envidiar mucho a los que escribís así porque casi parece un poema en prosa. Es tan épico...

    De cosas negativas... pues no veo XD (y no es mentira)... salvo por mi problema por enterarme de los personajes, pero ya te digo que me retrotraeré más en el tiempo. ;-)

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