miércoles, 7 de septiembre de 2011

Caudillo VII

En el pequeño fortín de Uther hay mucho movimiento y bullicio, los constructores quieren agrandar las caballerizas, los guerreros entran y salen en grupos para enmarañarse en pequeñas trifulcas con saqueadores y bandidos, los granjeros llegan para pedir justicia o algún favor y en la Gran Sala la gente va y viene con noticias, mientras Merlín y Uther pintarrajean los últimos ataques sobre una pizarra.

Una voz se alza sobre las demás en un grito jadeante. Los guardias traen a un Gorlois completamente borracho, que zarandeándose intenta acercarse al rex.

-¡Tú!.- grita el inconsciente.- Traidor

Uther le mira arqueando las cejas y hace un gesto a los hombres que le rodean para que salgan de la habitación, sólo Merlín permanece a su lado, como siempre.

- ¿Qué sucede, Gorlois, viejo amigo?

- Puede que..que viejo… pero no, no… no soy amigo, traidor.- gorgojea con su voz pastosa.

- Gorlois mide tus palabras, te pueden llevar a la horca por traidor.- dice Merlín para calmar al viejo.

- Tú.. tú… yo no, no puedo tener hijos…lo he intentado… y ¡muchas veces! Antes de Igra…Igraine, y jamás, nunca, nunca… No es mío, no es mío….

Uther se acerca a él, le sujeta por los hombros evitando así que caiga al suelo y le mira fijamente.

- Explícate mejor, hombre, ¿Qué dices?

Gorlois calla mientras un lagrimón le escurre por las mejillas.- ¡Está embarazada!

Merlín abre la boca en un gesto de sorpresa y mira a su amigo, esperando su reacción, deseando que niegue haber tocado a la mujer de su viejo camarada. Pero no sucede, Uther rodea con el brazo los hombros de Gorlois y le acerca hacia su silla labrada, donde le sienta.

- ¿Dices que Igraine espera un hijo mío?.- pregunta el caudillo de todos, el hombre imponente que normalmente usa la silla donde ahora el borracho se agita.

Gorlois asiente con la cabeza a la par que Merlín le seca la frente sudorosa. La sonrisa se esboza en la cara del Pendragon que asiente a su vez complacido.

- Y ¿has venido aquí para intentar matarme?.- pregunta Uther.

- S…sí.- balbucea.

- Pero Gorlois, viejo, viejo amigo, tú no quieres matarme. Tantas veces me has ayudado, tantas veces me has servido. ¿Te acuerdas lo buen guerrero que eras? ¿Te acuerdas cuantos malditos hiciste caer al filo de tu hacha? Seguro que alguna vez me salvaste la vida. Es más estoy convencido de ello. No puedes matarme, yo te cuido, te protejo para que vivas en paz tus últimos años, Gorlois, Gorlois… ¿No ves que así no arreglarás nada?. Yo también te necesito a ti, nos atacan ¿Lo has oído? Seguro que sí, necesito hombres como tú Gorlois, hombres fuertes, capaces de liderar a esos imbéciles recién armados que no sabrían ni matar un gazapillo. Sí, sí, te necesito. ¿No te gustaría ser dux?.

Gorlois levanta y agita la cabeza como queriendo que se evaporen los efluvios del alcohol, cree no haber entendido bien.

- Sí, he dicho dux, siempre he pensado en ti para que llegues a donde yo no puedo llegar, para que repartas justicia y recibas mis tributos… y los tuyos…. Incluso tendrías tu propio séquito… Ah, sí, siempre pensé en ti. ¿No sería una jubilación perfecta?

- Tintagel.- continúa Merlín.- Tintagel debe ser para él.

- Tintagel, sí.- dice Uther levantando a Gorlois del asiento para hacerle caminar con él.- Dux de Cornualles ¿No suena precioso? Es riquísima esa tierra.

- La mejor.- asiente Gorlois

- La mejor, sí, ya se encargará Merlín de la ceremonia, mañana si es necesario. Pero escucha amigo. ¿Te puedo llamar amigo verdad?

- Sí, sí mi señor.

- Deberías cuidar de tu esposa y de tu futuro hijo y no decir nada por ahí que pueda parecer una mentira, eso me enfadaría.- dice sonriendo.- Y yo me encargaré del futuro de tu retoño.

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