miércoles, 31 de marzo de 2010

Viejo bobo

Estúpido viejo bobo. Cabeza hueca de chorlito. Estúpido enamoradizo.
El anciano repite cada insulto en su cabeza, sentado en el suelo de piedra, de una alcoba fría, casi sin tapices. Ha llorado mucho, y ha gritado hasta quedarse afónico. Después ha intentado llamarla, rezando al cielo para que ella le escuchase, intentando ser dulce y compasivo, y jurando por todo que se lo perdonaría.

Pero ella no ha regresado y él sigue solo, sentado en el frío suelo, mirando el ventanuco. Pasa el tiempo. Crece la barba. A veces se levanta y estira las piernas, que le crujen. Intenta encender fuego pero el castillo es demasiado gélido y se apaga.

Granito a granito, la montaña donde está ubicado el castillo, se va colmando de arena, rocas, tierra y vegetación, hasta cubrir la ventanita de su alcoba. La montaña se come el castillo. Lo devora hasta recubrirle por entero.

El anciano decide dormir… quizá algún día despierte. Pero su último pensamiento va para Vivianne. Maldito viejo bobo. Estúpido enamoradizo. Cuán tonto puede ser un anciano mago enamorado. Pobre Merlín.


Dibujillo del artista francés Gustave Doré (s. XIX)

No hay comentarios:

Publicar un comentario