viernes, 3 de febrero de 2012

Caudillo XXXIII

Poco tiempo después de encontrar a Morgana, Artus regresó a su casa, pero ya no había nadie. Preguntó en el pueblo y confirmaron que se había marchado de un día para otro, tal y como llegó, generando el rumor de su familiaridad con las hadas.
- No es normal que desaparezca así, sin duda pertenece a la Gente Pequeña. Viene, obra sus milagros y se va. Nuestras mujeres agradecen los buenos partos que las ha dado. Le llevan flores a las grandes piedras, que dicen que es la entrada a su mundo.- Le dijeron
Y desde entonces Artus se enfurecía con quien se cruzaba, alegrándose sólo cuando conseguía pelea. Si eso era disfrute. Mientras los jóvenes entrenaban él aparecía y rugía en busca de un duelo. Todos se apartaban sin comprender, pues se presentaba con una simple túnica, como si quisiese que le mataran. Hasta que un día Galaad respondió a su propuesta, desnudándose ante el murmullo de sorpresa de los presentes.
- Si mi rex quiere luchar protegido sólo por unos paños, yo lo haré desnudo.- dijo el muchacho, aplaudido por los que se congregaban a su alrededor
Artus sonrió sin comprender bien lo que sucedía. Blandió su hacha al aire mientras Galaad se preparaba para cubrirse con un escudo y una espada corta, parecida al gladius.
En un grito iracundo el caudillo golpeó con fuerza el escudo de su adversario, entre gritos cercanos, mientras Galaad le empujaba de nuevo, sin usar su arma, usando el escudo como defensa y ataque. Con el reverso del hacha Artus golpeó la rodilla desprotegida del muchacho obligándole a caer de rodillas. Los golpes contra el escudo se sucedieron uno tras otro, perlados de sudor y saliva.
- ¡Basta!.- gritó Merlín cuando pudo hacerse un hueco entre los exaltados que vitoreaban al rey.
Artus dejó caer el hacha, entre los pedazos de astillas que habían saltado horadando el escudo. Y sonriendo ofreció la mano a Galaad para que se levantase.
- Es un buen mozo, Merlín, no pensaba acabar con su vida. Has hecho bien en traérmelo. Se merece estar entre mis más allegados. Entre mi guardia personal.

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