lunes, 6 de febrero de 2012

Caudillo XXXIV

El inicio de esta historia: La Leyenda del Bosque: Cacique I

Wenhwhyfar se cubrió con la manta y se acercó a la chimenea. El viento rugía en el exterior, azotando las gruesas paredes de la cabaña. Le sintió acercarse tras de sí y se estremeció al notar un beso en la nuca y los brazos rodeándola.
Galaad aún se encontraba desnudo y sonriente. Jugueteó con los rizos castaños que caían a la espalda de la muchacha.
- Si se entera mi esposo…
- No se enterará. He visto cómo te mira, ni siquiera le importas.
- Pero eso da igual. No sabes cómo es.
- No, pero no duda de mí. Le he caído bien. Además Merlín le impone demasiado, me dijo que Artus me acoge porque hizo algo en el pasado que aún le remuerde en la conciencia con lo que está en deuda con mi padrastro.
- ¿Qué hizo?.- dijo ella girándose para observar los cristalinos ojos de su amante.
- No me lo contó. Pero debió de ser algo grave y creo que relacionado con Morgause.
- ¿Morgause la bruja?
- Sí, creo que es la ahijada de Merlín. Creo que la mancilló. Llegó a mi pueblo embarazada.
- ¿Crees que el niño de la bruja es hijo de Artus?
Galaad se encogió de hombros y levantó la manta que cubría a Wenhwyfar, tapando a ambos bajo el calor que desprendían.
- Si lo es a nosotros no nos importa.- dijo él besándola suavemente.- Algún día tú serás mi consorte y él no valdrá más que ese leño del fuego.

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